las tres erres de la ecología

Nuestra intención con el post de hoy es recordar en qué consisten las tres erres del reciclaje, haciendo énfasis en que las erres guardan un orden determinado. Concretamente, queremos hacer hincapié en que la R correspondiente al reciclaje viene en último lugar, una vez hemos practicado la reducción y la reutilización.

Las tres erres: Reducir, Reutilizar, Reciclar

Sencillo, ¿no? Hay que reducir el consumo, reutilizar lo que consumimos y reciclar lo que descartamos. Pero empecemos por el principio.

Sobre el papel, la práctica de las tres erres es muy bonita y ésta se basa en nuestro empeño por dejar el mundo en mejor situación del que estaba cuando llegamos a él. Se trata de limpiar más de lo que ensuciamos o, como mínimo, limpiar todo lo que ensuciamos.

El mundo se encuentra además  en un estado de emergencia medioambiental por lo que un estilo de vida más ecológico ya no es una opción; es una imperiosa necesidad si lo que queremos es que las generaciones venideras pervivan sobre la tierra.

Es innegable pues que se ha producido un cambio de mentalidad pero, ¿es suficiente? En Recogida Muebles Gratis creemos que no, y queremos explicarles por qué.

No practicamos correctamente las tres erres

No sabemos reciclar

Parece mentira pero todavía tenemos muchas dudas sobre qué debe ir en cada contenedor, teniendo en cuenta que los hay en colores verde, amarillo, azul y gris, y que éstos colores pueden llegar a variar según la provincia o comunidad autónoma.

Entendido, los plásticos van al contenedor amarillo y los periódicos van al azul; ¿pero qué pasa con las latas? ¿Y los aerosoles? ¿Y los metales?

Quizá esto sea culpa de las administraciones, que se esfuerzan poco por formar e informar pero la realidad es la que es; no sabemos reciclar y no estamos en general muy preocupados por ello.

No existe conciencia ni solidaridad en el reciclaje

Parece mentira pero no todos reciclamos; ¿cuánta basura tiene que acumularse en playas y ríos para que tomemos conciencia? ¿Hasta qué altura tienen que llegar los vertederos para que definitivamente optemos por reciclar? ¿Cuánto daño hay que seguir haciéndole a la tierra y a nosotros mismos para que cale el mensaje? Seamos serios. Seamos responsables porque «ya huele» la falta de conciencia.

No existe una normativa más estricta sobre el reciclaje

Directamente relacionado con el punto anterior debemos recurrir al conocido dicho de “la letra con sangre, entra”; el reciclaje doméstico no es obligatorio y tirar todos nuestros desechos a un único contenedor todavía no conlleva sanción o multa. Quizá debiéramos aprender de países como Japón, en los que se inculca desde la infancia un determinado código de conducta frente a la basura y los desperdicios.

El reciclaje no siempre es «lo más cómodo»

Reconozcámoslo; disponer en casa de varios recipientes o papeleras para separar la basura no es lo más práctico. Los envases que han contenido lácteos acaban desprendiendo olor y no siempre hay contenedores de reciclaje en la puerta de nuestras casas; quizá tengamos que andar más de veinte metros para llegar hasta ellos.

La leyenda urbana del reciclaje

Esto lo hemos oído muchas veces de boca de los que no reciclan; “me han contado que luego se vierte la basura de todos los contenedores de reciclaje en un mismo sitio y luego se quema”. Sin comentarios.

Pero el mayor problema, con mucha diferencia, es el de otorgarle un peso similar al reciclaje que el asignado a reducir y a reutilizar; esto sí que es un gran error. El reciclaje debe ser el último recurso y no debe ser nuestra única aportación a un mundo más verde.

¿Por qué? Porque lo más eficaz en la lucha contra el problema medioambiental derivado de la acumulación de desechos es no generar desechos desde un principio.

La R más efectiva de las tres erres es la de reducir

Consumamos menos y hagámoslo de un modo responsable. Dejemos de usar bolsas de plástico siempre que nos sea posible. Imprimamos por las dos caras del folio. Compremos objetos que no llevan mucho envoltorio de plástico. Usemos pilas recargables. Reparemos las cosas en lugar de descartarlas.

La segunda R de las tres erres más efectiva es la de la reutilización. Pensemos en los usos alternativos que tiene un objeto antes de tirarlo a la basura. ¿Tiramos los vaqueros rotos a la basura o los convertimos en unos pantalones cortos más informales? ¿Tiramos las botellas de cristal o las reutilizamos para agua o como candelabros?

El único límite de la reutilización es nuestra imaginación pero sepa que si no se le ocurre nada ingenioso o quiere liberar espacio en su casa, Recogida Muebles Gratis se ocupa de la recogida de sus muebles y enseres. Lo hacemos gratuitamente y pensando precisamente en su reutilización por parte de un tercero.

La tercera R de las tres erres, correspondiente al reciclaje, la implementaremos sólo cuando no es posible la reutilización.

Conclusión; consumamos menos y hagámoslo de manera responsable. Seamos imaginativos e intentemos reutilizar antes de descartar. Reciclemos solamente como último recurso.

¿Y usted? ¿Sabe en qué contenedor van las latas? ¿Y el aceite usado?